martes, 12 de diciembre de 2017

TRABAJO DE LA IGENIERA-IMPORTANCIA DE LA AFECTIVIDAD DE NIÑOS DE 0 A 1 AÑO DE VIDA


IMPORTANCIA DE LA AFECTIVIDAD DE NIÑOS DE 0 A 1 AÑO DE VIDA 



INTRODUCCIÓN
Los seres humanos vivimos en un mundo relacional donde no se puede concebir a un individuo completamente solo, aislado de todo. En última instancia tenemos que relacionarnos con nosotros mismos. Gracias al contacto con el otro y a la conciencia de uno mismo, podemos conocer cómo somos, cómo sentimos, qué sentimos y la actitud que tomamos.
En este sentido el vínculo afectivo es el puente relacional que nos une al otro, nos permite conocerle y al mismo tiempo nos trae la posibilidad de conocernos. El vínculo afectivo es algo misterioso porque podemos saber qué enviamos a través de él, pero es difícil saber qué es lo que el otro percibe.
La relación madre e hijos tienen una predisposición instintiva para establecer vínculos afectivos entre ellos, no se trata de algo automático, este proceso se da desde el momento en que nace el bebé, e incluso desde el momento en que una mujer se entera de que está embarazada, comienza a crearse un vínculo afectivo entre la madre y el niño y niña, un vínculo que perdura a lo largo de la vida. Este vínculo se hace más profundo en el momento en que nace el niño y a medida que madre e hijo entran en contacto y comienzan a comunicarse.
El vínculo afectivo se va fortifica a través de la sonrisa, la alimentación, la mirada mutua, el llanto y el contacto físico. En un primer momento, se establece una relación muy intensa de asociación entre madre e hijo.
Cuando la madre lo ve por primera vez bebé después del parto el primer contacto que realiza es de tocarle, acariciarle, besarle y hablarle, es de esta forma que el vínculo se va fortaleciendo gradual mente e ira creando un ambiente de confianza y de seguridad. La sonrisa de la madre hacia el bebe también hará que poco a poco el bebé también la sonreirá a ella; cuando llore el bebe, su madre también será capaz, en pocas semanas, de interpretar perfectamente el llanto del niño y niña es decir si es por hambre, por dolor o por sueño.

EL NIÑO COMO EL AGENTE CAUSAL DE LA AFECTIVIDAD

“El niño y niña desde el momento de su nacimiento es el centro de atención de los padres y sobre todo de la madre y todo al parecer gira en torno al bebe, el diálogo entre madre e hijo es el ciclo de secuencia acción-reacción-acción, dentro del marco de las relaciones afectivas entre madre e hijo. Esta forma muy especial de interacción le permite al bebé transformar, poco a poco, los estímulos sin significado en señales significativas”[10].

Cuando observamos a un bebé llorando lo primero que se nos ocurre es pensar que ese bebe llora porque quiere compañía, porque tiene hambre o porque está incómodo porque si es que no obtiene ninguna respuesta el bebe a su llanto no son capaces de descubrir su propia existencia por  lo tanto los  niños y niñas abandonados, es decir niños y niñas  cuyas acciones  de llanto, sonrisas, gestos no logran ser respondidas por parte de quienes les rodean estos niños no son capaces construir la imagen de sí mismo y del mundo que lo rodea. También logran la  auto-identificación  aquellos bebés cuyas madres exageren en el cuidado y protección, cayendo en el extremo de la sobreprotección.

         EL VÍNCULO AFECTIVO ENTRE MADRE E HIJO

El vínculo afectivo entre madre e hijo es la  principal unión y el más persistente de todos. Habitualmente esta relación  se consolida cuando existe un amor reciproco entre el recién nacido y su madre. Este vínculo será la base sobre la cual se desarrollara un clima de confianza y seguridad en el niño y niña”[15].

Desde que el bebé está en el vientre materno empieza a relacionarse con el bebé, siente sus movimientos, sus pataditas, le habla y comienza a pensar y a crear imágenes sobre él, posteriormente cuando el bebé nace, la madre tendrá la necesidad tenerlo en sus brazos, de contemplarlo, acariciarlo, acunarlo y protegerlo. El contacto corporal, el intercambio de miradas y sonrisas entre la madre y el bebé serán los principales expresiones de afecto entre ambos son las que irán formando el vinculo madre-hijo.

 LA COMUNICACIÓN

“Aunque el bebe tiene muchas formas de comunicarse, a través del llanto, balbuceos, posturas, gestos, ante la mirada de su madre se queda fascinado, todas estas expresiones tiene que ir descubriéndolo la madre poco a poco ya que es fundamental para entender a su hijo y mejorar la comunicación con él”[17].

Aun principio a muchas madres les cuesta entender a su bebe y no saben cómo tienen que tratarle en cada momento. Esto es algo que con el tiempo y paciencia se supera, hasta alcanzar ese conocimiento mutuo, a partir de entonces todo será mucho más sencillo en cuestión de la comunicación entre madre e hijo.

El bebe es capaz de reconocer a su madre a través del olfato y el oído y la madre no debe nunca olvidar que la persona más querida para el niño es ella. La mayoría de las sonrisas son para la madre, y cuando esta está presente aumenta la actividad del niño y niña, ya que está impaciente por estar a su lado.

 SEGURIDAD Y CONFIANZA

“Los primeros días de vida son muy importantes para el niño y madre en establecer lazos afectivos por que la seguridad para el niño y niña depende de sus padres por que en la medida en que tenga seguridad del cariño y afecto de los padres entre sí y hacia él la confianza será mayor”[18].

El vínculo afectivo entre madre e hijo es una relación determinante para el  desarrollo de sentimientos de seguridad y confianza en el niño y niña.
AFECTO
“El vínculo afectivo más intenso es el que se genera entre la madre y el hijo, el afecto es lo que va a facilitar el conocimiento mutuo y adaptarse el uno al otro.
Por lo tanto es perjudicial que su madre sea excesivamente protectora cayendo en el extremo de la sobreprotección del niño y niña. La sobreprotección logrará que el niño no descubra a su independencia de si mismo como persona como excesivamente independiente del niño, sin apenas, tener manifestaciones de cariño.

Por ello es muy importante que la madre tenga manifestaciones de afecto con su hijo de manera adecuada, ya que no sólo es importante querer sino también, saber querer.

 ARMONÍA FAMILIAR

“El ambiente familiar que rodea al niño, mayor armonía interior  de la familia alcanzará.  A que el niño y niña aprende a amar a los demás y a sí mismo, todo va a depender del cariño y del amor que el niño y niña perciba de los miembros de la familia. No hay que olvidar que los niños y niñas aprenden sobre todo por imitación, tienden a imitar las conductas de los demás, y especialmente, de las personas que son significativas para ellos”[20].

Por tanto es muy importante que esta relación básica entre madre e hijo se desarrolle adecuadamente ya que va a constituir la base de cómo serán las relaciones del niño con otras personas y con el mundo que le rodea.
Por consiguiente la relación con la madre no se limita a cubrir las necesidades básicas sino que también es primordial para la seguridad, bienestar y afectividad del niño.

 FORMACIÓN DEL VÍNCULO AFECTIVO ENTE MADRE E HIJO

“El vínculo se desarrolla como consecuencia de las repuestas de la madre ante las conductas innatas del niño. Desde que él nace, empieza a interactuar con la madre a través del contacto piel a piel, las miradas y la interacción entre ambos en el momento de la lactancia”[21].

En todo ese proceso el bebé empieza a reconocer y diferenciar a la persona que lo acompaña y lo cuida siempre, posteriormente mostrará preferencia por esa persona, estará contento con su compañía y se disgustará en su ausencia, éstas son las manifestaciones que indican el desarrollo del vínculo entre la madre y su hijo.

 IMPORTANCIA DEL VÍNCULO AFECTIVO ENTRE MADRE E HIJO

“Es importante el vinculo afectivo entre madre e hijo porque al nacer el niño y niña se sienten muy extraños y tendrán que adaptarse a lo que es la vida extra uterina, cuando los primeros vínculos son fuertes y seguros el niño y niña es capaz de establecer un buen ajuste social, por el contrario la separación emocional con la madre, la ausencia de afecto y cuidado puede provocar en el niño y niña una personalidad poco afectiva o desinterés social”[22].
Es en este sentido que el vínculo afectico desde el vientre materno y posterior al parto entre madre e hijo  desarrolla un clima afectivo de seguridad y confianza, sobre todo genera una estabilidad emocional en el niño y niña,  la baja autoestima, la vulnerabilidad al estrés y los problemas en las relaciones sociales están asociados con vínculos poco sólidos y estos son propenso a desarrollar trastornos psicopatológicos.

Son las interacciones madre-niño las que influyen en el desarrollo socio-emocional y en la conducta actual y futura del niño y niña.
















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